¿Qué dice mi emoción?

Hoy en día podemos ver que existe muchos estudios que explican que las emociones nos conectan de manera automática con nuestras acciones en supervivencia o en amor y felicidad, desde muy pequeños y las mismas evolucionan con nosotros si así lo decidimos. Incluso hay emociones que se pasan de generación en generación y se nos graban en el inconsciente por todo lo que vemos y aprendemos de nuestro entorno.

Las emociones son mensajeras, y no son ni buenas, ni malas, solamente nos vienen a decir a través de situaciones que hacemos, decimos o cómo nos comportamos a día de hoy en comparación con el momento en que las mismas se crearon o fueron evolucionando. Si la emoción nos está generando molestias, podemos sentarnos con ellas y preguntarles que es lo que estamos haciendo para sentirla en este momento particular de la vida, qué escuchamos, qué vimos, qué comportamiento estamos realizando o dejando de realizar para que aflore y como sugerencia sería bueno escribir todo lo que te dice la emoción o grabarte, una vez que se hace consciente todo lo que la emoción te viene a decir y es más clara la reacción, podrás notar de que te estás privando o que estás haciendo, que ya no necesitas hacer, porque tu situación actual no es la misma en la que la emoción se generó inicialmente. Este ejercicio de claridad hace un cambio de perspectiva en presente que crea un proceso en consciencia para generar un darse cuenta de nuestras acciones y cuáles son los disparadores de las mismas, el cambio de comportamiento para tu bienestar viene con la práctica constante de observarte y realizar las acciones que consideras que te producen bienestar a día de hoy.

Entonces empieza el proceso de regulación, generalmente nos polarizamos de un comportamiento extremo al otro y en la medida que practicamos vamos encontrando ese punto medio que elegimos en congruencia con quien somos hoy en día, sé gentil contigo, entre más amor practiques contigo mismo, el proceso de regulación se volverá más ameno ya que si te das palo parejo cada vez que no te sale el comportamiento, entras nuevamente en supervivencia y la emoción inicial es la que predomina.

Otra práctica que funciona también, es sentarte o acostarte con la emoción que sí quieres sentir, una vez que sepas la emoción que te genera la incomodidad, puedes poner música relajante y llevarte a la situación que te afloró la emoción vieja, ver la escena de manera objetiva, desde tu responsabilidad, sin añadir creencias externas, volverla a vivir con el comportamiento que deseas practicar en adelante ante una situación similar y sentir esa emoción expansiva que te genera la congruencia contigo.

El permitirte ser vulnerable y buscar ayuda a clarificar los comportamientos y creencias que generan bloqueos, es una forma de permitirte encontrar claridad de lo que buscas o quieres en la vida, por lo menos hasta que domines tus propias herramientas de crecimiento personal que te acompañarán para toda la vida.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *